Volker Türk se reunió con autoridades y sociedad civil del país. Señaló que “Chile es un ejemplo de país resiliente, que logró transitar pacíficamente de una terrible dictadura a una democracia” y añadió que “queda mucho por hacer en el ámbito de la justicia transicional, tanto las autoridades judiciales como el Gobierno están dando pasos importantes, como el Plan de Búsqueda de Víctimas de Desapariciones Forzadas”. A partir de los sucesos producidos durante la revuelta social de 2019, el alto funcionario de Naciones Unidas sostuvo que “las áreas prioritarias son la adopción de una ley sobre derecho a la reunión, en línea con las normas internacionales de derechos humanos; la provisión de reparaciones integrales; y una reforma policial que fortalezca la rendición de cuentas”.
Centro de Prensa ONU. Santiago “Concluyo hoy mis reuniones bilaterales en Chile, donde me he reunido con miembros de los tres poderes del Estado, incluido el Presidente Gabriel Boric, altos funcionarios gubernamentales, el Tribunal Constitucional, así como organizaciones de la sociedad civil y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes. Agradezco a las autoridades su generosa acogida y a todos mis interlocutores el franco y fructífero intercambio.
Chile es un ejemplo de país resiliente, que logró transitar pacíficamente de una terrible dictadura a una democracia. Me conmovió profundamente mi visita al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y la importancia de no olvidar y “nunca más”. En la actualidad, el compromiso de Chile con los derechos humanos se refleja en su participación activa en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, incluido el Examen Periódico Universal de esta semana, así como en su compromiso en cuestiones clave de derechos humanos tanto a nivel regional como global.
Me resultó alentador el trabajo realizado por el Mecanismo Nacional para la Prevención de la Tortura en favor de las personas privadas de libertad, así como por CINTRAS, ONG chilena que apoya a los sobrevivientes de tortura de la dictadura.
Aunque queda mucho por hacer en el ámbito de la justicia transicional, tanto las autoridades judiciales como el Gobierno están dando pasos importantes, como el Plan de Búsqueda de Víctimas de Desapariciones Forzadas. He escuchado de las víctimas cómo es crucial para ellas y para la sociedad chilena en su totalidad seguir avanzando en materia de reparaciones. El lanzamiento de una política pública integral para proteger y preservar los sitios de memoria sería un paso positivo en este sentido.
También saludo la creación de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, que cuenta con el apoyo de todos los sectores políticos chilenos, para abordar, entre otras materias, las demandas históricas del pueblo Mapuche en la Araucanía y regiones cercanas.
En mis conversaciones con diversos interlocutores, señalé la necesidad de prestar una atención continua a diversos asuntos relacionados con las protestas sociales de 2019. Las áreas prioritarias son la adopción de una ley sobre derecho a la reunión, en línea con las normas internacionales de derechos humanos; la provisión de reparaciones integrales; y una reforma policial que fortalezca la rendición de cuentas. Es importante que el marco jurídico sobre el uso de la fuerza y su aplicación se ajuste plenamente a la legislación internacional sobre derechos humanos, incluidos los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad.
También hablé acerca del concepto de economía de los derechos humanos, que en su esencia aborda las desigualdades en todas sus formas y requiere que los diversos actores políticos y otras partes interesadas se unan en una búsqueda común de la igualdad de oportunidades para todas las personas, con especial énfasis en los más vulnerables y marginados.
Es importante señalar que las personas migrantes, aquí como en otros lugares, realizan importantes contribuciones a la sociedad. Hay que prestar especial atención a la protección de las personas solicitantes de asilo y personas migrantes en situaciones de vulnerabilidad.
La seguridad y los derechos humanos deben ir de la mano. Los derechos humanos son la piedra angular de una sociedad democrática.
Los vínculos entre las Naciones Unidas y Chile tienen una larga tradición, y Chile desempeña un papel importante en los foros regionales e internacionales, también en el ámbito de los derechos humanos. Nuestra Oficina Regional para América del Sur, con sede en Santiago de Chile, espera seguir consolidando la excelente cooperación que hemos mantenido con el Gobierno para continuar nuestra labor en la región”.