17/12. “El resultado más que una celebración es un llamado de atención”: Gabriel Boric

El mandatario, en tono crítico, también sostuvo que “el proceso constituyente estaba destinado a traer esperanza y finalmente ha generado frustración y hasta hastío”. En alusión a los dos procesos que derivaron en plebiscitos donde se rechazaron las propuestas de nueva Constitución, el jefe del Ejecutivo manifestó: “Si quien ostenta la mayoría circunstancial se refugia en su trinchera e intenta negar la existencia del otro, jamás lograremos avanzar. Ni celebración ni arrogancia. Pelota al piso, humildad y mucho trabajo”.

“El Siglo”. Santiago. 17/12/2023. Conocidos los resultados del plebiscito, el Presidente Gabriel Boric envió un mensaje al país y abordó orígenes, consecuencias y desafíos después del proceso constitucional. Los siguientes son párrafos destacados:

“Hemos tenido una jornada eleccionaria ejemplar, tranquila y expedita. Chile puede estar orgulloso de sus instituciones, gracias al Servel y a todos quienes acudieron a las urnas de forma pacífica, ordenada y en calma.

La soberanía popular ha expresado de manera clara su voluntad y la mayoría ha votado en contra del texto constitucional que se le ha propuesto. Con esto, durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras.

Es momento de reconocer el resultado alcanzado a quienes levantaron la opción En Contra, pero sin olvidar que una parte importante votaron por la opción A Favor. No podemos cometer el mismo error de los plebiscitos anteriores. El país lo hacemos todos y todas. Quienes triunfan en una elección, no pueden prescindir ni ignorar a quienes son circunstancialmente derrotados.

Nuestro país seguirá con la Constitución vigente porque, luego de dos propuestas, ninguna propuesta logró unir a Chile y representar el país en su diversidad. El país se polarizó, se dividió y el proceso constitucional no logró encauzar las esperanzas de tener una nueva constitución redactada para todos.

La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile. Esta deuda se paga logrando las soluciones que los chilenos y chilenas nos exigen que alcancemos. La ciudadanía demanda mayor capacidad de diálogo, de consensos, de acción y de resolución. Abandonar las trincheras y la imposición de visiones parciales para poder concentrarnos en dar solución a los problemas más apremiantes y que siguen causando un legítimo malestar entre nuestros compatriotas.

El proceso constituyente estaba destinado a traer esperanza y finalmente ha generado frustración y hasta hastío. La política está al debe y es indispensable que se produzca un efecto inmediato en producir los acuerdos en las materias que Chile necesita.

En este proceso las legítimas no siempre se expresaron de manera constructiva y, por uno u otro motivo, se impidió la materialización de consensos. Algunos intentaron hacer de esta elección un plebiscito sobre el gobierno. Lo que la ciudadanía ha señalado de manera transversal es que esa forma de hacer política no la representa.

El resultado más que una celebración es un llamado de atención. Si quien ostenta la mayoría circunstancial se refugia en su trinchera e intenta negar la existencia del otro, jamás lograremos avanzar. Ni celebración ni arrogancia. Pelota al piso, humildad y mucho trabajo.

Debemos retomar cuanto antes el trámite legislativo de la reforma de pensiones y el pacto fiscal. Redoblar los esfuerzos de seguridad en todas sus dimensiones, para ganarle la batalla al narcotráfico, la delincuencia y el crimen organizado. A emparejar la cancha entre hombres y mujeres, y asegurarse que los avances que las mujeres han conseguido no sufran jamás retrocesos. A desplegarse con especial intensidad para hacer más digno y oportuno y de calidad el acceso a los derechos para todos: salud, vivienda, educación y pensiones. Estas son las prioridades.

Sobre las pensiones, ya no se puede seguir esperando. Nuestra propuesta está sobre la mesa y hemos estado dispuestos a ceder en varios aspectos respecto de nuestra propuesta constitucional. El cierre del proceso constitucional debiese generar un clima para un mejor entendimiento y a eso convoco a todas las fuerzas políticas. Pero hoy, sin más dilaciones.

Necesitamos un pacto fiscal que incluya el crecimiento. Porque Chile este 2024 va a despegar. Para crecer, para recaudar de manera más justa haciendo que el que más tiene aporte más, y para que seamos implacables, mediante el levantamiento del secreto bancario, al enfrentar a quienes utilizan argucias para no cumplir con sus obligaciones tributarias. Debemos ser implacables contra la corrupción venga de donde venga.

Nuestras instituciones, pese a sus defectos han sido capaces de encauzar un proceso de debates y tensiones sin interrumpir su solidez democrática. Y eso, en un mundo convulsionado, no es obvio ni hay que darlo por sentado. Estemos orgullosos de nuestra democracia”.

Fuente: El Siglo

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