Las declaraciones del Presidente Luis Arce, el nuevo alto mando de las Fuerzas Armadas, la detención del general Zúniga y la movilización de la ciudadanía.
Agencias. La Paz. Después de detener el intento de asonada golpista, movilizar a la ciudadanía y asumir nuevos jefes de las Fuerzas Armadas, tiende a estabilizarse la situación en Bolivia.
1.-A poco de la asonada golpista fue detenido el jefe de la intentona, general Zúñiga, tras una orden de la Fiscalía General bajo cargos de terrorismo y alzamiento armado. Se vio a Zúñiga llevar esposado y en manos de policías a un Tribunal de justicia. El vicealmirante Juan Arnez Salvador también fue detenido. A las pocas horas el Presidente Luis Arce nombró a los nuevos comandantes en jefe del Ejército, Armada y Aviación. La ministra de Presidencia, María Nela Prada, dijo que un día antes de la revuelta el Presidente había decidido sacar a Zúñiga de las Fuerzas Armadas y por eso todo se origina en la decisión de cambiar a Zúñiga. Imágenes de televisión mostraron varios vehículos militares blindados y un grupo de soldados frente a la sede gubernamental, que más tarde llegaron a ingresar al palacio, tras embestir y forzar la entrada. Adentro del palacio presidencial, Arce encaró a los sublevados y se habría encontrado con el general Zúñiga al que le habría dicho: “Yo soy su capitán y le ordeno que repliegue a sus soldados y no voy a permitir esta insubordinación”. El golpista pidió que fuera exculpada Jeanine Áñez, la política que le dio un golpe de Estado al entonces Presidente Evo Morales, exigió sacar de la cárcel a otros golpistas y dijo que quería reestructurar la democracia boliviana. El comandante José Wilson Sanchez, sustituto del golpista Zúñiga, llamó a restablecer el orden y ordenó a los militares que se replegaran.
2.-Producido el episodio la Central Obrera Boliviana, declaró una huelga general y llamó a movilizaciones a los trabajadores. El Presidente Luis Arce convocó a la ciudadanía a movilizarse, lo que ocurrió en varias ciudades del país, principalmente La Paz. “No podemos permitir que una vez más intentonas golpistas se lleven las vidas de bolivianos” fueron de las primeras declaraciones del Presidente Arce. Partidos de izquierda llamaron a movilizarse. Miles de partidarios del Presidente se reunieron en la plaza y gritaron consignas a su favor como “Lucho, no estás sólo” o “Fusil, metralla, el pueblo no se calla”. Se indicó que era una farsa la versión de que el mandatario boliviano le hubiese pedido al general Zúñiga que diera el golpe para ayudarle a subir su popularidad.
3.-Contenida la operación de algunos militares, el Presidente Arce puso en X: “Saludamos y expresamos nuestro más sincero agradecimiento a nuestras organizaciones sociales y a todo el pueblo boliviano, que salieron a las calles y se expresaron a través de distintos medios de comunicación, manifestando su rechazo a la intentona golpista…¡La democracia siempre vencerá! ¡Muchas gracias, pueblo boliviano!”. Evo Morales afirmó en X que “se debe proceder inmediatamente con un proceso penal al general Zúñiga y sus cómplices en cumplimiento de la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas”. El Ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo Aguilar, anunció que se inició una investigación coordinada con el alto mando militar del país del altiplano. “Los implicados tendrán que rendir cuentas tanto en la justicia ordinaria como en la justicia militar”, declaró el Ministro.
4.-Bolivia y el Presidente Arce recibieron un amplio apoyo internacional y la condena al golpe de Estado. Prácticamente todos los presidentes de América Latina condenaron la asonada golpistas y solidarizaron con el pueblo y el Gobierno boliviano.
5.-La crisis presentada en Bolivia se produce en un contexto político de acciones contrarias al Gobierno por parte de partidos de derecha y sectores empresariales, y de la división del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), que se refleja en el quiebre político entre Luis Arces y Evo Morales. Ahora se abrió una etapa sensible en que se medirá el impacto del intento golpista, reforzamientos en el Gobierno, redoblar confianza en el alto mando militar y ajustes dentro del espectro oficialista y de la izquierda.